La visita de Benedicto XVI a España del 18 al 21 de agosto con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), nueve meses después de la realizada a Santiago de Compostela y a Barcelona, demuestra la importancia estratégica que el Papa concede a España en el conjunto del catolicismo mundial para el desarrollo de su programa de restauración de la cristiandad.
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