Francia mantiene significativos lazos económicos y estrechos vínculos políticos y militares con Costa de Marfil, Níger y Túnez, actualmente envueltos en crisis institucionales y crecientes protestas populares contra las elites nacionales acusadas de abusos y corrupción.
Unas 1.250 compañías francesas constituyen el motor de la economía de Túnez, donde una movilización social provocó este mes la caída y posterior fuga del presidente Zine El Abidine Ben Ali, quien lideraba el régimen desde 1987.
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