Hablar de sacerdotes católicos casados no es un tema de futuro, que podría algún día permitirse en la Iglesia Católica. O un tema marginal: el de sacerdotes de rito oriental o procedentes del anglicanismo. Es una realidad ya existente, de la que hay una vastísima experiencia, presente ya en todas las diócesis del mundo y en número estadísticamente significativo: la de los sacerdotes que han dejado su ministerio sacerdotal por haber escogido la vida matrimonial.
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