Un “pecado” para el que no hay piedad ni perdón
En nuestra sociedad no es raro constatar momentos en que prevalecen estados de opinión generalizada condicionados negativamente por el ambiente, la cultura o los “medios”, pudiendo generar actitudes y comportamientos exacerbados e injustos que afecten a ciudadanos concretos, con lo que se suele caer en el mal detestable del puritanismo y que a la vez resta crédito a la crítica.
En nuestra sociedad no es raro constatar momentos en que prevalecen estados de opinión generalizada condicionados negativamente por el ambiente, la cultura o los “medios”, pudiendo generar actitudes y comportamientos exacerbados e injustos que afecten a ciudadanos concretos, con lo que se suele caer en el mal detestable del puritanismo y que a la vez resta crédito a la crítica.
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