Ben Alí huyó dejando tras de sí una gran cuenta pendiente; concretamente una deuda externa pública de más de 15.000 millones de dinares. El pueblo tunecino se liberó de su dictador, ¿no es lícito que quiera liberarse también de la deuda que este dejó tras de sí?
Un dictador que se benefició de las facilidades de crédito de los acreedores que sabían perfectamente con quien trataban. Una parte de esta deuda sirvió para oprimir al pueblo tunecino, mientras que la otra parte fue malversada por Ben Alí y sus clanes. Por lo tanto, es una deuda que no ha servido a los intereses del pueblo de Túnez. Dicho de otro modo, una deuda que es justo calificar de detestable y que debe ser, por ello, rechazada.
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