En los años 50 hubo una disputa entre el nacionalismo y las izquierdas marxistas en relación al diseño de país; sin embargo las diferencias remitían menos a proyectos diferentes que a una radicalización mayor o menor del mismo proyecto: gran parte del debate se concentró en si indemnizar o no a los barones del estaño y, más en general, a la profundidad de la política nacionalizadora. Hoy parece repetirse esa dinámica, pero a decir verdad, no hay una fuerza social a la izquierda del gobierno.
Llegiu l'article sencer a
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada