Digo el caso Pagola, pero podría decir otros muchos más. Basta recordar una reciente historia. El concilio Vaticano II fue tarea y fruto de los teólogos mejores del momento y esos mismos teólogos, en buena parte, fueron posteriormente censurados y represaliados. Y quienes han narrado algo de su historia con Roma lo hacen con amor, pero también trasluciendo el gran sufrimiento que los censores les hicieron pasar.
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