hace unos días, la Diputación de Gipuzkoa concedió el Premio al Voluntario 2011 al Teléfono de la Esperanza. Os lo merecéis, amigas y amigos anónimos. No lo hacéis para ganar ningún premio ni en este mundo ni en el otro. Nunca aparecéis en los telediarios, y nunca se habla de vosotros en los periódicos. Pero ¿qué sería de nuestro mundo sin gente como vosotras/os? ¡Gracias!
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